"Pido perdón a los niños por haber dedicado este blog a personas mayores. (...) quiero dedicar este blog a los niños y niñas que estas personas han sido. Todas las personas mayores fueron primero niños (pero pocas lo recuerdan). Corrijo entonces mi dedicatoria."

Adaptación de la dedicatoria del libro "El Principito", de Antoine Saint-Exupéry




domingo, 1 de mayo de 2011

Mamá

Cada lunes es un lunes, cada día 25 es un día 25, cada abril es un abril, y así sucesivamente, pero ocurre que cada primer domingo de mayo es el Día de la Madre. Todas las madres del mundo mundial dicen que que "no quieren celebraciones del Día de la Madre" y que "prefieren que se las cuide todos los días del año"; mi madre concretamente dice que "este año, por el Día de la Madre, quiero muchos besos y muchos abrazos y nada de regalos", aunque eso es algo que dice cada vez que viene su cumpleaños, su santo, los Reyes o celebraciones alternativas, así que le tengo dicho que algún año de estos le va a caer a modo de regalo un abrazo enorme o un gran beso y entonces fruncirá el ceño, pondrá morritos y me dirá que menudo detalle tengo con ella y que esas cosas las dice para que no gastemos,  pero que en el fondo le encanta que tengan detalles con ella y que parece que no la conozco.

Las madres del Universo son así.


Mi madre es un personaje particular, supongo que como el resto de las madres.

Mi madre es esa persona que me trajo al mundo con un mes de retraso, en un parto un poco largo y un poco cansino, en el que yo tomé como primera decisión en mi vida que no me apetecía salir. Mi madre me recuerda cada poco tiempo que "fuiste vaga hasta para nacer", osea que yo creo que todavía me guarda cierto resquemorcillo por haber prolongado aquel momento sin duda poco relajado.

Mi madre es esa persona que se venía a verme a todas las funciones del colegio y que me grababa con la cámara, siempre en planos movidos, o con demasiado zoom, o desencuadrados, porque a la pobre no se le han dado nunca demasiado bien las nuevas tecnologías. Mi madre es esa persona que aparecía en El Parque por sorpresa a recogerme y hacía que se me pasasen todas las penas.

Mi madre es esa persona que siempre estaba viajando y trayendo miles de recuerdos de todos los países y miles de historias para contar sobre esta o aquella ciudad, este o aquel hotel, ese o aquel monumento, estos o aquellos paisajes. Mi madre es esa persona gracias a la que hemos recorrido una pequeña porción de mundo visitando, conociendo y disfrutando de lugares que nunca hubiéramos conocido sin ella.

Mi madre es esa persona que colecciona figuritas de focas, nadie sabe por qué, y que tiene una repisa en el salón que ha estado en todas las casas en las que hemos vivido, con su colección de focas. Es esa persona cuyos amigos y amigas no saben lo que es una foca y que ahora colecciona, además de figuritas de focas, figuritas de leones marinos, topos, pingüinos y otros seres vivos que, tallados en piedra, podrían tener ciertas similitudes con el perfil de una foca, pero que desvirtúan ligeramente la colección de mi madre.

Mi madre es esa persona que baila fenomenal, canta fenomenal, compone fenomenal y en general, es bastante artista. Es esa persona de quien yo heredé la falta de vergüenza, la ausencia de pánico escénico, el amor por el folklore en general, la vena cotilla, la oreja avispada, la mente ágil. Es esa persona de quien también heredé la negación para las Matemáticas durante la infancia, la poca mano para el dibujo o la falta de paciencia y minuciosidad en los juegos de manos.

Mi madre es esa persona que se diferenciaba del resto de las madres del colegio en sus chaquetas de colores, en sus faldas galácticas (apodadas así por sus detalles en tonos de tendencia, por decirlo de alguna manera), en sus altísimos tacones que siempre me han dado un poco de vértigo, en el carmín rojo que se ponía en el ascensor con una precisión que nos hipnotizaba, en las pestañas largas y voluminosas.

Mi madre es esa persona que siempre huele a perfume, hasta cuando va en bata. Es la que se fumaba los cigarros sólo hasta la mitad, la que piensa que el vino nunca está suficientemente frío.
Es la amante de Pablo Milanés y de Silvio Rodríguez, pero la incansable intérprete de los Mojinos Escozíos. Es la devoradora de novelas que luego deja en mis manos y que comentamos más tarde, normalmente para discrepar en algo aunque en el fondo sabemos que nos ha encantado.

Mi madre es esa persona que me castigó hasta lo indecible por mis malas notas pero que peleaba con tod@s mis profes para que me echaran un cable, la que se trajo de Roma una Bendición del Papa para regalársela a la Superiora y así evitar que me expulsaran del colegio (no sirvió de nada, pero al menos fueron unos días y no eternamente), la que cuenta chistes verdes y se parte sola, la que te funde en Facebook con invitaciones de granjas e islas aunque ni siquiera sepa de qué va la historia.

Mi madre es esa persona que me tiñó las cejas de castaño después de que yo me las tiñiera de leopardo, la que me abrochó mal la parte superior del bikini en una playa de Marruecos y gracias a la cual me marqué un "Guaraná" al tirarme de cabeza y perder dicha parte ante la atenta mirada de decenas de hombres que observaban la escena ojipláticos. Mi madre es la que, pese a siniestrar tres coches en un mes nada  más sacarse el carnet, continuó conduciendo y animándome a mí a sacarme el carnet.

Mi madre es la que toda la vida me ha puesto para el recreo un bocadillo de lo único que no me gusta en el mundo, el jamón serrano, para alimentar con un 5 jotas a todas las niñas de mi clase. Mi madre es la que me sigue preguntando qué carrera estudié, la que le dice a la gente que estoy en Huelva cuando estoy en Bilbao, la que mientras hablo con mi jefa me grita de fondo "¿¿Éstas bragas son tuyaaaaaaaaaas??", la que me sigue dando besos y abrazos diciéndome lo mucho que me quiere y la pena que le da que sus hijas crezcan.

La que ha inaugurado su día haciendo el Saludo al Sol en su nueva esterilla de yoga.

La que nos llama cada día por teléfono para ver cómo ha ido el día, la que nos cuenta cómo ha terminado un capítulo de una serie si nos hemos quedado dormidos, la que nos hace regalos sorpresa en días normales para sacarnos la sonrisa, la que no quería tener hijos y dice que nunca te compensa tenerlos pero enmarca las notas de mi hermana para llevárselas a mi abuela. La que cuando vamos de compras nos trae todo lo bonito de la tienda y le da tiempo a probarse lo suyo antes de que te hayas desabrochado los pantalones para poder darte su opinión de madre.

La que ha hecho nuestra comida favorita en su día.

Esa es mi madre.


Feliz día, mamá.



 

3 comentarios:

  1. Es muy bonito,muy bonito,tanto qe lo he convertido en TT de tu blog,porque se ha convertido en uno de los mas leídos,superando a las cejas de leopardo y en dura pugna con El Día de la Nieve.

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  2. Estimada Paula:
    Como de entrada no sabrás quién soy, me presento y así entenderás porqué he llegado a ti. Me llamo Sol y soy la pareja del padre de Merche, esa estupenda persona que desde hace escasas horas, además de tu amiga, es también tu compañera de trabajo. Ella no ha hablado mucho (y muy bueno siempre) de ti (a Julián y a mi); de tú acercamientos "cariñosos" a ese ser?? llamado Esperanza Aguirre, de tu estupendo trabajo con los pequeñajos de tu colegio, de tu muy buena pluma y que hoy he comprobado que hace honor a la verdad. Muchas felicidades; tus escritos son muy buenos, además de irradiar frescura, algo que en estos días y en estos tiempos que corren se agradecen enormemente, denotan una persona versada y muy leida. Me ha gustado especialmente el retrato de haces de tu madre. Es una mujer muy afortunada al tener una hija como tú. Y tú, por lo que describes, de tenerla a ella.

    Ya me he suscrito al tu blog y, si ello no te molesta, seguiré tus relatos. Un fuerte abrazo y espero tener el placer de conocerte algún día.

    Un beso
    Sol Ugarte

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  3. Sol:

    Antes de haber llegado a leer tu comentario he tenido la suerte de conocerte, así es la vida, te encuentra antes de que busques. Mil gracias por tus palabras, primero porque estas cosas me animan mucho a seguir manteniendo el blog y segundo porque, viniendo de una persona como la que he conocido hoy, son aún más halagadoras (si cabe).

    Estoy encantada de que me sigas y te invito a comentar siempre que te apetezca. Y te debemos una cena para seguir comentando.

    Lo dicho, gracias otra vez, un beso grande.

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