"Pido perdón a los niños por haber dedicado este blog a personas mayores. (...) quiero dedicar este blog a los niños y niñas que estas personas han sido. Todas las personas mayores fueron primero niños (pero pocas lo recuerdan). Corrijo entonces mi dedicatoria."

Adaptación de la dedicatoria del libro "El Principito", de Antoine Saint-Exupéry




lunes, 17 de octubre de 2011

Imagina tu mundo

Imagina un país sin sanidad pública. Imagina un país en el que necesitases ahorrar dinero todos los meses para prepararte por si una enfermedad te afecta. Ya no hablamos de males comunes: una maestra como yo enferma cantidad de veces al año por la gastroenteritis, la gripe, las complicaciones de los constipados, qué se yo. Imagina que, ojalá no, pero como ser humano y vulnerable que eres, te afectase una enfermedad grave, o una enfermedad rara, que es casi peor. Imagina que tu vida se terminase simplemente porque no puedes pagar para que te ayuden a salir.

Imagina un país sin educación pública. Imagina que las familias tuvieran que, además de ahorrar por si una enfermedad les afecta, ahorrar otro poco para costear la formación de sus hijos e hijas. Imagina que sólo quienes más dinero tienen pudieran acceder a la educación básica. Imagina que sólo un puñado de personas supieran leer y escribir. Imagina que sólo un puñado de niños y niñas pudiesen disfrutar del colegio, aprender a convivir, expresar su creatividad, interpretar música, jugar durante horas. Imagina que sólo un puñado de personas pudiesen formarse para ser enfermeros, médicos, abogadas, policías, profesoras. Imagina que no pudieras aprender todo lo que la vida tiene para enseñarte.

Imagina un país sin transporte público. Imagina que tuvieras que rechazar el trabajo de tus sueños porque está demasiado lejos de tu casa, o dejar de comprarte la casa de tu vida sólo porque está demasiado lejos de tu trabajo. Imagina que, además de ahorrar para costear un médico y la educación de tus hij@s tuvieses que ahorrar para comprarte un coche, o dos, dependiendo de cuantas personas seáis y a cuantos sitios tengáis que ir. Imagina que tu movilidad estuviese sujeta a unos cuantos euros.


Imagina un país sin becas ni ayudas públicas. Imagina a una persona mayor que no puede moverse y a quien nadie puede ayudar enviando a un profesional sanitario que supervise su estado. Imagina a una persona discapacitada que no puede salir de casa y a quien nadie atiende. Imagina a una persona que ha perdido su empleo y a quien nadie apoya para salir adelante y encontrar otro. Imagina que, además de ahorrar para costear un tratamiento médico en caso de necesidad, de ahorrar para pagar la educación de tus criaturas, de ahorrar para comprarte uno o varios coches, imagina que además de todo ésto tu bienestar futuro, tu vejez, que el último tramo de tu vida se viese roto por un puñado de billetes.

Imagina que no existiesen funcionari@s públicos: que si tienes un accidente tuvieses que pagar a un policía que levante atestado. Que tuvieras que pagar una doctora que te intervenga en carretera. Que tuvieras que pagar al servicio de limpieza que dejará la calzada despejada. Que tuvieras que ahorrar por si, de repente, tu vida es algo, simplemente, normal.

Imagina una vida en la que el dinero fuese el rey de todo. En la que las personas no contasen si no se les pone un precio. En que todo fuese una cuestión de cantidad, y no de calidad.

Imagina ahora que de repente, fueses consciente de ésto. Imagina que tuvieses tan claro como que te late el corazón que ésto NO ES LO QUE QUIERES. Imagina que encontrases que mucha, mucha, mucha gente piensa como tú.

¿De verdad te molestarías en ponerles una etiqueta? ¿De verdad creerías lo que dicen los periódicos? ¿De verdad les rechazarías por la ropa que llevan o su peinado? ¿De verdad les llamarías "exaltad@s", "violent@s" o "antitodo"? ¿De verdad, de verdad, de verdad que no te unirías?

No te dejes engañar, no te dejes llevar. No mires las cifras, a quién le importan. No pienses en las siglas: 15M, 15O, son sólo letras, números. No te quedes con las fotos, recogen un segundo en la eternidad. No te quedes en las palabras, son un arma tan poderosa como cualquiera. No te quedes en los estereotipos, sólo disfrazan realidades. No te quedes en casa, porque tu sofá no garantiza ni tu educación, ni tu sanidad, ni tu transporte, ni TU VIDA.

Cree. Cree en tu vecina. Cree en tu doctora. Cree en el basurero. Cree en la policía. Cree tus profes. Cree en la gente. Cree en mí. Cree en tí.

Es tu pasado. Es tu presente. Es tu futuro. Tú lo construyes. Tú decides si en silencio o haciéndote oír. Si en tu casa o en las calles. Si contigo o contra tí.


Imagina tu propio mundo y hazlo posible.



Para que pueda surgir lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible. H. Hesse.




 

1 comentario:

  1. Me ha encantado la entrada, Sigue escribiendo que algun@s seguimos leyendote ;).

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