Hay veces que las evidencias hablan por sí solas, aunque tú quieras hacer como que no.
Hace cuatro o cinco años estuve haciendo un voluntario con la fundación Caja Madrid (tod@s tenemos un pasado duro) en un colegio público con un bagaje de alumnado que telita del telón. En mi clase había chavales de todos los pelajes y condiciones con un único objetivo: no estar en la calle.
Retenerles allí durante unas cuantas horas era como retener a una manada de dóbermans a la puerta de la carnicería.
Se suponía que allí había que hacer los deberes, pero yo no soy muy partidaria de esos sistemas, porque bastante tiempo pasan las criaturas en clase como para chuparse dos horas más de apoyo escolar, así que sin que me oiga nadie, un ratito hacíamos deberes y el resto charlábamos de lo divino y lo humano.
Un día me preguntaron que por qué yo era maestra. Les conté un poco de mi vocación de la infancia hecha realidad y parece que no les convencí, pero al menos les valió mi razonamiento.
Luego les pregunté que qué querían ser de mayores. Nada nuevo bajo el sol: futbolistas, bomberos, maderos, cantantes y demás.
Uno de los chavales me dice:
-Profe, yo me cambio, lo he pensado mejor. Yo de mayor quiero ser traficante (13 dulces años tenía la criatura, ahora que lo pienso ya tendrá 18, ¿habrá cumplido sueño?).
Automáticamente le solté la clásica charla de "pero cómo vas a querer ser eso, es un trabajo que hace infeliz a mucha gente, vas a explotar a personas, no te vas a motivar ni a apreciar, con lo que tú vales, y bla bla bla".
El chico me dice:
- Mira profe, yo sé que no está bien, pero mírate, tu has ido a la universidad, eres profesora y vienes al cole en autobús y vives en un piso de barrio (eso último lo sabían porque yo se lo había contado en un trabajo que habíamos hecho).
Mi tío trafica con hachís y tiene un chalet con piscina, un cochazo y la Play con un montón de juegos. Y yo de mayor quiero ser como mi tío, no como tú. Si eres honrado, no te haces rico y te dan por todas partes.
Y encima, el crío, tenía toda la razón.
Hay que joderse.
"Pido perdón a los niños por haber dedicado este blog a personas mayores. (...) quiero dedicar este blog a los niños y niñas que estas personas han sido. Todas las personas mayores fueron primero niños (pero pocas lo recuerdan). Corrijo entonces mi dedicatoria."
Adaptación de la dedicatoria del libro "El Principito", de Antoine Saint-Exupéry
Adaptación de la dedicatoria del libro "El Principito", de Antoine Saint-Exupéry
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Hasta que pillen a su tío y también a él le den por todos lados... No ser "honrado" puede darte más dinero pero no tiene porque hacerte más feliz...
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