No puedo transcribir todas las burradas que he dicho y mucho menos las que he pensado ante tan maligno golpe. Esos momentos son cruciales y te debates entre guardar la compostura o cagarte en todo lo cagable a voz en grito.
Con el consiguiente mosqueo me agacho a recoger el periódico y mira tú por donde, me pongo a leer el artículo por el que se ha abierto el periódico cuando casi me mato. A veces hay que tropezarse para levantarse, es alucinante.
Me encuentro con un artículo sobre "neorrabioso" (así, con minúscula), un poeta urbano que pinta grafittis en las paredes de Madrid y que adoro porque he visto paredes firmadas por él miles de veces cuando paseo por la ciudad y les suelo hacer fotos.
Hoy no escribo sobre mí, escribo sobre él, que me hace reflexionar cada día, que me saca una sonrisa, que me abre ventanas a otros mundos.
Hoy os regalo su arte, o al menos parte de él. Que lo disfrutéis.




















