"Pido perdón a los niños por haber dedicado este blog a personas mayores. (...) quiero dedicar este blog a los niños y niñas que estas personas han sido. Todas las personas mayores fueron primero niños (pero pocas lo recuerdan). Corrijo entonces mi dedicatoria."

Adaptación de la dedicatoria del libro "El Principito", de Antoine Saint-Exupéry




lunes, 3 de enero de 2011

Quiero quererte

Como no tengo yo suficiente con mi trabajo de todos los días, me busco de cuando en cuando trabajos para las épocas vacacionales, básicamente para poder estar quejándome después todo el rato de lo que necesito unas vacaciones y lo bien que me vendría descansar. Una, que es así de compleja.

Estas navidades me ha tocado por obra y gracia de la Consejería de la Mujer hacer unas jornadas de conciliación no sexista, que como dice mi madre consiste en que "ni l@s machistas sean tan machistas ni l@s hembristas sean tan hembristas" (porque ¡oh, sorpresa!, el contrario de "machista" no es "feminista", sino "hembrista"). En las jornadas hay de todo un poco para toda la familia: actividades, juegos, dinámicas, talleres, charlas, coloquios varios...etc. Yo me dedico a la parte de infancia en unos pueblos madrileños que están donde da la vuelta el aire, y que no menciono por si alguien lo lee y se ofende porque resulta que es el pueblo donde veranea de toda la vida. Sólo os digo que os deseo un veraneo lejos de los pueblos del oeste de Madrid. Qué horror.

El caso es que, cuando empecé hace ya unos días, estaba yo colocando el material antes de que llegaran l@s chaval@s cuando se acercó una madre a hablar conmigo:

- Mira, te quería contar que Guillermo es un niño estupendo y muy bueno, con un currículo muy normalizado, pero cuando era pequeño le diagnosticaron un trastorno del lenguaje y un principio de autismo, y aunque está mucho mejor, si hay mucho ruido, o se frustra en una actividad, o se siente atacado, es muy probable que reaccione de manera agresiva, así que intenta que eso no ocurra. No sé si te estoy predisponiendo antes de que conozcas al niño, pero prefiero avisáretelo. Te dejo que tengo hora en la peluquería.


Y allá que se fue, dejándome con una cara que no sabría definir, pero que desde luego no quería decir: "Que te lo pases fenomenal con el tinte y los rulos". Las madres del mundo es que son así, te sueltan una historia truculenta de tratamientos médicos, diagnósticos y episodios paranormales y luego se marchan tan tranquilas con la sensación del haber cumplido y ala, ahí te las arregles como puedas. Yo, que me pasé toda la carrera (o casi toda) haciendo figuritas de arcilla y trabajos en grupo, a ver qué cojones hago con los accesos agresivos de un niño que no se expresa bien y que tiene rasgos de autismo. Pues nada, encomendarme a un santo cualquiera y tirar p´alante.

Resulta que el Guillermo en cuestión, trastorno del lenguaje, lo que se dice trastorno del lenguaje, no parece que tenga. Por la facilidad con la que se caga en la puta madre del primero que pasa se diría que tiene bastante destreza en expresar su frustración, aunque sí, quizá tenga razón su madre, es un poco agresivo. Pero el lenguaje lo usa con mucha alegría, ojo.

Lo de las reacciones chungas sí que ha pasado ya un par de veces, concretamente en los dos talleres que entrañaban una dificultad mínima. Si no le sale a la primera se pone atacado de los nervios y empieza a arramplar con todo lo que encuentra a su paso. Total, que me paso el día entero pegada a él, aunque desde la discrección, porque si se da cuenta se mosquea y para qué queremos más.

Hoy estábamos en un taller haciendo cometas, que reconozco que no es lo más sencillo de hacer pero es uno de los talleres que más gustan a peques y mayores porque con ayuda lo pueden hacer bastante bien y el resultado es precioso, cometas que vuelan de verdad y muy bien, por cierto.

En el taller me he buscado la manera de que Guille se sentase a mi lado (pidiéndole que me ayudase con el material) y allí que se ha venido conmigo tan contento de ser el ayudante de la profe. Estábamos haciendo la cometa cuando se le ha arrugado un poco el plástico, le ha dado la histeria y ha dicho que no quería hacerla más, que era muy complicada. Llevaba media cometa rota cuando le he parado.

Abrazándole un poco, le he dicho:

- Oye Guille, que ésto tiene arreglo, que ésto no está estropeado, sólo hay que ponerle un poco de paciencia para que quede perfecta.

Y le he pasado otro trozo de celo para que le pusiese un parche. Estábamos tan concentrados recomponiendo la cometa, cuando, de repente, Guille me ha abrazado y me ha dado un beso. Yo me he girado, le he devuelto el abrazo y el beso y le he dicho:

- ¡Gracias, Guille!

Él me ha contestado:

- No me des las gracias, tú quieres ayudarme y yo quiero quererte.

Y me ha vuelto a abrazar. Casi pierdo los papeles y me pongo a llorar. Creo que se da cuenta de que me paso el día intentando hacerle las cosas más fáciles, intentando ayudarle, que participe en los juegos, que le salgan los talleres, que baile y cante con el grupo... Ese abrazo y ese beso han sido su "Gracias" de niño, lo sé.

Y Guille ha terminado su cometa, llena de parches de colores, y hemos salido al parque, y ha corrido por toda la explanada gritando, y riendo, y mirando al cielo, y por un rato no importaba nada, ni nadie, sólo él y su cometa.

Él quiere quererme.

Y yo quiero quererle a él.


Dar y recibir amor, creo que lo llaman...


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